Egipto: Crisis en el mundo árabe

3.2.11 / Publicado por Camilo Rosales /

Egipto se prepara para vivir 'El Viernes de la Partida', una jornada de protestas que se presenta clave para el futuro del país y de su presidente, Hosni Mubarak, quien sigue aferrándose al poder, como demostró ayer en una entrevista concedida a la cadena ABC, en la que se declaró dispuesto a dimitir de inmediato, agregando inmediatamente que el caos que ello generaría le impide hacerlo.

Mubarak reconoció que el presidente estadounidense, Barack Obama, al que considera un "buen hombre", le ha pedido que abandone el cargo cuanto antes, pero su respuesta fue alertar sobre el caos que se generaría de inmediato. "Usted no entiende la cultura egipcia y lo que ocurriría si dimito ahora", le espetó Mubarak a Obama, según relató el presidente egipcio. No obstante, se mostró convencido de que no se presentará de nuevo a las elecciones, aunque no abandonará el país. "Moriré en tierra egipcia", reiteró. Además, aclaró que nunca intentó que su hijo Gamal, considerado por muchos años como su sucesor, ocupara el cargo presidencial cuando él lo abandonara.

Mientras tanto, la revuelta que por décimo día pedía la marcha de Mubarak degeneró en enfrentamientos entre los partidarios y los detractores del régimen. La plaza Tahrir volvió a ser el epicentro de la protesta. Además, se disparó la presión sobre la prensa extranjera por parte de los seguidores del presidente. La corresponsal de este periódico fue retenida durante una hora y la de TVE fue agredida por un grupo de manifestantes.

El balance de muertos por los enfrentamientos de ayer en El Cairo facilitado por el Ministerio de Sanidad egipcio es de seis muertos y más de 800 heridos. El balance ofrecido por el doctor Sayyid Hussein, uno de los médicos de un hospital improvisado para tratar a las víctimas de la violencia se eleva, no obstante, a diez fallecidos. El diario británico 'The Guardian' había informado previamente de que en los dos días de enfrentamientos entre partidarios y detractores de Mubarak se han registrado al menos trece muertos y unos 1.200 heridos. Entre los fallecidos podría figurar un extranjero que, según Al Arabiya, fue golpeado hasta la muerte.

El Gobierno intenta templar los ánimos

En un intento por calmar los ánimos, el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, reiteró que Mubarak no se presentará como candidato en las próximas elecciones presidenciales ni tampoco su hijo menor, Gamal, que estaba considerado como un posible sucesor. Suleimán pidió, además, la liberación inmediata de todos los jóvenes detenidos que no estén implicados en acciones delictivas.

En la primera entrevista que se difunde de que fue designado vicepresidente, Suleimán dirigió el dedo acusador sobre el origen de las protestas a "agendas extranjeras", de determinados empresarios que no identificó, y a los intereses de los islamistas Hermanos Musulmanes. El 'número dos' del régimen insistió en que el diálogo ha comenzado para superar la crisis aunque fuera de él siguen los principales grupos de la oposición. En esas conversaciones que se prolongarán por cinco o diez días, precisaba, se concretará un calendario de trabajo que debe culminar con los próximos comicios "inamovibles" de septiembre. No obstante, los Hermanos Musulmanes volvían a rechazar "de manera absoluta" el diálogo con el régimen.

El Gobierno egipcio, a través de su portavoz, negaba que tuviese algo que ver con la movilización de los partidarios del presidente y prometía que investigará quién está detrás de la violencia registrada en las últimas horas en la plaza Tahrir. "Acusar al Gobierno de movilizar esto es una ficción, eso frustaría nuestro objetivo de restaurar la calma", señalaba Magdy Rady. "Nos vimos sorprendidos por todas estas acciones", afirmaba.


Respeto de los derechos humanos

Pero todas estas declaraciones no convencían a la oposición. La Asociación Nacional Egipcia para el Cambio, liderada por Mohamed El Baradei, advertía de que Mubarak deberá responder personalmente si se produce otra "matanza" en la plaza Tahrir, según ha declarado su portavoz, Hamdy Kandil, a la cadena de televisión Al Yazira. Otro movimiento opositor, Kifaya (Basta), insistía ante Al Yazira en que no se negociará con ningún representante del régimen a menos que Mubarak abandone el poder. Los manifestantes antigubernamentales han asegurado que están "más decididos que nunca" a derrocar a Mubarak después de las últimas agresiones de los detractores del presidente. Muchos de los concentrados, según Al Yazira, pidieron que se condenase a la horca a Mubarak.

Desde Washington, lejos de reducirse, la presión se incrementaba. El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, telefoneaba a su homólogo egipcio, Omar Suleiman, para recordarle que su Gobierno debe garantizar la celebración de manifestaciones pacíficas, según recoge un comunicado divulgado por la Casa Blanca. "El Gobierno egipcio es el responsable de garantizar que las manifestaciones pacíficas no conducen a la violencia y a la intimidación", dijo Biden, quien condenó los últimos enfrentamientos entre detractores y simpatizantes del presidente e hizo un llamamiento a la contención a ambas partes.

Con el propósito de frenar la escalada de violencia, Biden instó a Suleiman a "comenzar de forma inmediata negociaciones creíbles e inclusivas para facilitar la transición hacia un Gobierno democrático que responda a las aspiraciones del pueblo egipcio". Además, el vicepresidente estadounidense reiteró el respaldo manifestado en su discurso del miércoles por el presidente, Barack Obama, a "los Derechos Universales, incluidos el derecho a la reunión pacífica, a la asociación y a la expresión".

En este sentido, solicitó a su homólogo que "permita a periodistas y defensores de los Derechos Humanos realizar su importante trabajo", al tiempo que pidió la liberación de los que han sido detenidos en el marco de las manifestaciones de los últimos nueve días.

Camilo Rosales
Agencias / El Cairo

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